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  • Confianza, ¡pero confianza de verdad!

    Confianza y pseudoconfianza: ¿Cuál es la diferencia?

    La confianza es una parte importante de nuestras vidas. Sin confianza, las relaciones y las comunidades no pueden funcionar bien. Pero no todo lo que parece confianza es confianza real. A veces nos engañamos a nosotros mismos y pensamos que confiamos, cuando en realidad es sólo «pseudoconfianza». En este artículo examinamos más detenidamente qué es y qué no es la confianza real. Nos referimos a dos conocidas expertas: Esther Perel y Rachel Botsman.

    ¿Qué es la confianza?

    Confiar significa que podemos fiarnos de alguien. Significa que creemos que la otra persona no nos hará daño ni nos decepcionará deliberadamente. Por tanto, la confianza es algo muy valioso y frágil. Una vez destruida, se necesita mucha energía para reconstruirla.

    La terapeuta de parejas Esther Perel habla de la «primera confianza». A menudo adquirimos esta primera confianza en la infancia, cuando confiamos en nuestros padres o cuidadores. Esta confianza es la base para poder confiar en otras personas más adelante. El término alemán para esto es «Urvertrauen». Por tanto, esta confianza original caracteriza toda nuestra vida. Básicamente, es algo maravilloso y es la base de suposiciones básicas saludables como «puedo confiar en los demás».

    Sin embargo, el concepto de primera confianza siempre nos plantea un problema cuando nuestra pareja se comporta de forma hiriente. Es entonces cuando muchas parejas tocan fondo.

    ¿Qué es la pseudoconfianza?

    La confianza que tenemos no siempre es auténtica. A veces vivimos nuestras relaciones en la llamada «pseudoconfianza». Creemos que confiamos en alguien, pero en realidad no es así. En lugar de eso, asumimos que la persona con la que mantenemos una relación NUNCA nos hará daño. El trasfondo psicológico de esto puede ser que en realidad no nos sentimos seguros, sino que simplemente fingimos que todo va bien. La pseudoconfianza puede surgir porque queremos evitar el conflicto o tenemos miedo a que nos hagan daño. Esther Perel describe: «En las relaciones, la confianza no es una promesa de no hacernos daño nunca. Es el riesgo de que nos hagamos daño y la confianza en que, si lo hacemos, nos uniremos para sanar». Esto puede traducirse aproximadamente así: «(Genuino) La confianza en una relación no significa que prometas no herir nunca a la otra persona. Se trata más bien de ser conscientes de que podéis haceros daño mutuamente, pero confiando en que luego trabajaréis juntos para curar las heridas. » Puedes descubrir exactamente lo que describe Esther Perel aquí abajo:

    La experta en confianza Rachel Botsman ha desarrollado un concepto interesante al respecto. Dice que la confianza real consiste en pequeños «momentos de confianza». Esto significa que la confianza real no es algo que aparece de golpe y se queda. Más bien, se construye en pequeños pasos. Cada vez que alguien nos demuestra que podemos confiar en él, nuestra confianza crece. Rachel Botsman subraya que la confianza auténtica se basa en la honestidad y la franqueza.

    La diferencia entre confianza y pseudoconfianza

    La diferencia entre la confianza y la pseudoconfianza radica en lo honestos y abiertos que seamos realmente. Con la confianza real, nos sentimos seguros porque la otra persona nos demuestra que es honesta. La pseudoconfianza surge cuando intentamos pasar por alto los problemas o evitar los conflictos.

    Confianza significa:

    – Honradez

    – Seguridad

    – Apertura

    significa pseudoconfianza:

    – Evitar conflictos

    – Incertidumbre

    – Insinceridad

    ¿Cómo podemos construir una confianza real?

    Para construir una confianza real, debemos estar dispuestos a ser sinceros, aunque resulte incómodo. Significa admitir errores ante nosotros mismos y ante los demás, y hablar de nuestros sentimientos. La confianza crece cuando nos demostramos mutuamente que somos de fiar.

    La confianza no es algo que simplemente esté ahí, sino que se construye paso a paso. Si nos demostramos repetidamente en pequeños momentos que podemos confiar el uno en el otro, crece la verdadera confianza.

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  • Relaciones duraderas y autorrealización

    Cómo cambian las relaciones y por qué son importantes los objetivos personales.

    Una relación duradera puede ser muy hermosa y satisfactoria. Pero con el tiempo, tanto la relación como las personas que la componen cambian. Un aspecto importante para ser feliz en una relación duradera es el equilibrio entre la relación y la realización personal. Pero, ¿por qué es tan importante? ¿Y cómo evoluciona una relación con el tiempo?

    ¿Por qué es importante la autorrealización en una relación duradera?

    La autorrealización significa que cada persona puede perseguir sus propios objetivos y sueños. En una buena relación, es importante que ambos miembros de la pareja no sólo se sientan cómodos en la relación, sino que también puedan desarrollarse como individuos. Si uno de los dos siente que tiene que renunciar a sí mismo por la relación, esto puede provocar insatisfacción.

    autorrealización de los socios:

    Felicidad personal: Cada uno de vosotros tiene sus propios objetivos y sueños. Cuando éstos se cumplen, sois más felices y estáis más satisfechos, y esto tiene un efecto positivo en la relación.

    Un soplo de aire fresco para la relación: Cuando ambos miembros de la pareja persiguen sus intereses, aportan constantemente nuevas ideas y experiencias a la relación. Esto hace que tu relación de pareja sea excitante. Las parejas suelen vivir un momento álgido, sobre todo sexualmente, cuando se permite que ambos persigan sus propios objetivos.

    Mantén el equilibrio: Si cada uno de vosotros mantiene su propia identidad, la relación permanece en equilibrio. Ninguno de los dos se vuelve emocional o prácticamente dependiente del otro.

    Felicidad a largo plazo: Una relación en la que ambos miembros de la pareja pueden realizarse tiene más posibilidades de seguir siendo feliz durante mucho tiempo.

    ¿Cómo suelen desarrollarse las relaciones duraderas?

    Las relaciones duraderas cambian con el tiempo. Hay distintas fases por las que pasáis juntos. En cada fase hay cambios que consolidan y adaptan la relación.

    1. La fase de enamoramiento: Todo empieza con el romance. Estáis entusiasmados por descubrir a la otra persona y todo os parece intenso. En esta fase, a menudo estáis completamente centrados el uno en el otro.

    2 La vida cotidiana y la rutina: Por muy tormentoso que fuera el comienzo, la vida cotidiana se vuelve más importante con el tiempo. Esto muestra cómo domináis juntos la vida cotidiana sin perder la cercanía y el afecto. La autorrealización también es importante aquí. Si cada uno de vosotros tiene tiempo para sus propios intereses, esto fortalecerá vuestra relación.

    3. comprobación de la realidad y primeras crisis: Al cabo de un tiempo, te das cuenta de que la otra persona no es perfecta. Pueden surgir conflictos entre tu manual de la otra persona y tus propias suposiciones y necesidades básicas. Ahora es importante hablar entre vosotros y resolver los problemas juntos. Éste es el momento en que CoupleTalk puede entrar en vuestras vidas 🙂

    4. Crecimiento y cambio: A lo largo de los años, creceréis juntos y quizás experimentéis grandes cambios, como cambiar de trabajo, tener hijos, mudaros de casa o envejecer. Es importante que os apoyéis mutuamente en todo esto y que, al mismo tiempo, dejéis espacio para vuestro propio desarrollo.

    5. redescubrimiento: En fases posteriores, podéis redescubriros mutuamente. Después de muchos años, sabes exactamente lo que la otra persona necesita y aprecia. Ahora la relación es profunda y familiar.

    ¿Cómo puedes equilibrar la realización personal y las relaciones?

    No siempre es fácil encontrar el equilibrio adecuado entre tu relación y tu realización personal. Aquí tienes algunos consejos que pueden ayudarte:

    1. Habla abiertamente: Habla regularmente de tus sueños, deseos y objetivos. Por ejemplo, haced regularmente la rueda de las relaciones. Así evitaréis malentendidos y podréis apoyaros mutuamente.

    2. objetivos para vosotros como pareja y como individuos: Es importante tener objetivos comunes, pero también perseguir vuestros propios objetivos. Ambos necesitáis espacio en vuestras vidas.

    3. tiempo para ti mismo: Cada uno de vosotros debe dedicar tiempo a sus propios intereses. Puede tratarse de una afición, de seguir formándose o, simplemente, de tiempo para vosotros mismos.

    4. Apoyaos mutuamente: mostrad interés por los objetivos de los demás y ayudaos a alcanzarlos. Si os apoyáis mutuamente, podréis crecer juntos.

    5 Mantente flexible: Tus necesidades pueden cambiar con el tiempo. Mantente abierto al cambio y adáptate a nuevas situaciones como pareja.

    Conclusión

    Las relaciones duraderas son especiales porque pueden ofrecer un amor profundo y una conexión fuerte. Pero también requieren trabajo y adaptación. La autorrealización es muy importante para seguir siendo feliz. Si cada uno de vosotros puede seguir su propio camino y tener una relación fuerte al mismo tiempo, vuestra pareja seguirá siendo vibrante y satisfactoria. Una relación sana a largo plazo es un equilibrio entre el crecimiento personal y la vida en común, y eso es lo que la hace tan hermosa.

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  • Las 5 lenguas del amor

    Cómo pueden entenderse mejor las parejas

    Cada persona muestra y siente el amor de formas distintas. A veces las parejas tienen la sensación de que no se entienden realmente, aunque se quieran. La razón podría ser que hablan «lenguajes diferentes del amor». Esta idea procede del Dr. Gary Chapman, antropólogo y terapeuta de parejas estadounidense, que descubrió cinco formas distintas en que las personas expresan y reciben el amor. Las llamó las cinco lenguas del amor.

    Las cinco lenguas del amor

    1. Palabras de agradecimiento: Algunas personas se sienten especialmente queridas cuando oyen cumplidos o palabras amables. Un simple «Te quiero» o «Gracias por hacer tanto por mí» puede demostrarles lo importantes que son.

    2. unión: Es importante que los demás pasen tiempo juntos . No se trata sólo de estar juntos, sino de prestar a tu pareja toda tu atención, sin distracciones.

    3. Regalos: Los pequeños regalos o muestras de agradecimiento pueden enviar un mensaje contundente. No se trata del valor del regalo, sino de que has pensado en la otra persona.

    4. Servicialidad: Algunas personas se sienten queridas cuando su pareja les ayuda en la vida cotidiana, ya sea a fregar los platos o a realizar otras tareas. Estos actos demuestran que estáis ahí el uno para el otro.

    5. Contacto físico: Para muchos, la proximidad física -como el sexo, los abrazos, los besos o simplemente cogerse de la mano- es la forma más importante de sentir amor.

    ¿Cómo puedes descubrir el lenguaje amoroso de tu pareja?

    Todo el mundo tiene un lenguaje del amor que significa mucho para él. Si conoces el lenguaje de tu pareja, puedes demostrarle tu amor de un modo que le haga especialmente feliz. Aquí tienes un sencillo ejercicio para hacer en pareja:

    Ejercicio: Descubre tus lenguajes amorosos

    1. hablar entre vosotros

    Sentaos juntos y leed los cinco lenguajes del amor. Piensa cuál es el lenguaje que más te atrae. Quizá habléis varios idiomas 🙂 ¿Qué hace la otra persona que te hace especialmente feliz? ¿Qué echas quizás de menos?

    2. comparte tus pensamientos

    Habla abiertamente sobre tu lenguaje amoroso favorito. Podría sonar así: «Me siento muy querido cuando me ayudas porque demuestra que piensas en mí» o «Aprecio mucho cuando pasamos tiempo juntos».

    3. pruébalo

    Durante la próxima semana, intentad hablar el idioma del amor del otro. Si tu pareja valora la unión, planificad juntos una actividad en la que paséis tiempo juntos. Si aprecia las palabras de agradecimiento, hazle un pequeño cumplido cada día.

    4. reflexionar al final de la semana

    Al final de la semana, sentaos juntos de nuevo y hablad de cómo os habéis sentido. ¿Qué os ha gustado especialmente? ¿Qué podéis mejorar en el futuro? Probad este ejercicio: ¡podría llevar vuestra relación a un nivel completamente nuevo!

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  • Agradar a la gente

    Complacer a la gente – Por qué nos perjudica querer complacer a todo el mundo

    Complacer a la gente es un término que describe cuando alguien quiere complacer a todo el mundo. Estas personas intentan satisfacer las expectativas de los demás sin prestar atención a sus propias necesidades. Suelen decir «sí» incluso cuando en realidad quieren decir «no». A primera vista, esto parece agradable y considerado. Pero, a la larga, este comportamiento puede ser malsano.

    ¿Qué hay detrás de Agradar a la Gente?

    A menudo hay miedos más profundos tras el deseo de complacer a todo el mundo. Muchas personas complacientes tienen miedo al rechazo o al conflicto. Quieren ser queridos y reconocidos, y creen que sólo pueden conseguirlo si son siempre amables y no causan problemas.

    Este comportamiento puede aprenderse ya en la infancia. Si de niños sólo recibíamos elogios cuando nos portábamos bien y nos conformábamos, esta pauta puede continuar en la edad adulta.

    Las consecuencias de complacer a la gente

    Si intentamos constantemente satisfacer las expectativas de los demás, nuestras propias necesidades se quedan en el camino.

    A menudo, esto hace que las personas que complacen a los demás estén agotadas o se sientan emocionalmente agotadas. Hacen mucho por los demás, pero a menudo no reciben el mismo reconocimiento a cambio. A largo plazo, esto puede provocar frustración e incluso depresión.

    Otro problema es que los complacientes no suelen ser auténticos. Fingen complacer a los demás y suprimen sus propios deseos y opiniones. Como resultado, se sienten vacíos por dentro o tienen la sensación de no ser ellos mismos.

    Cómo reconocer a las personas agradables

    Las personas que suelen «agradar a la gente» muestran un comportamiento típico:

    1. dicen que sí a todo, aunque no tengan tiempo o ganas.

    2. Tienen miedo al conflicto y evitan cualquier confrontación.

    3. buscan constantemente confirmación y se sienten mal cuando no la obtienen.

    4. anteponen las necesidades de los demás a las suyas propias y se sienten culpables cuando piensan en sí mismos.

    ¿Cómo puedes salir del patrón?

    El primer paso para superar la complacencia de la gente es reconocerla en primer lugar. Muchas personas ni siquiera se dan cuenta de que tienen este patrón porque les resulta completamente normal. Básicamente, todos deberíamos darnos cuenta de que no pasa nada por rechazar algo.

    Es importante que reconozcamos y respetemos nuestros propios límites. Esto no significa que de repente nos volvamos egoístas, sino que aprendamos a cuidar bien de nosotros mismos.

    Aquí tienes algunos consejos para dejar de complacer a la gente:

    1. establece límites claros: Piensa en lo que realmente quieres y aprende a decir «no» con amabilidad pero con firmeza.

    2. practica el autocuidado: asegúrate de dedicarte regularmente tiempo a ti misma y de hacer cosas que te hagan bien.

    3. acepta que no puedes complacer a todo el mundo: Es imposible complacer a todo el mundo, y eso está bien. No eres responsable de la felicidad de los demás.

    4. aprende a afrontar los conflictos: Los conflictos forman parte de la vida y es importante no tenerles miedo. A menudo incluso conducen a una mejor comunicación y a un mayor entendimiento.

    Conclusión

    Complacer a la gente puede parecer un rasgo amistoso a primera vista, pero a la larga nos perjudica.

    Es importante que aprendamos a reconocer nuestras propias necesidades y a no orientarnos constantemente hacia las expectativas de los demás.

    Un nivel saludable de autocuidado y de establecimiento de límites nos ayuda a llevar una vida plena y auténtica.

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  • Los seis sentimientos básicos

    Qué nos dicen y por qué son importantes.

    Nuestras emociones desempeñan un papel fundamental en nuestras vidas. Nos ayudan a comprender el mundo que nos rodea y a decidir cómo reaccionamos ante determinadas situaciones.

    Hay seis emociones básicas que todo el mundo reconoce: alegría, tristeza, miedo, ira, asco y sorpresa. Estos sentimientos tienen funciones importantes y nos muestran lo que ocurre en nuestro interior. Quizá conozcas la película de Disney «Del revés», que se ha hecho famosa entre los terapeutas. En esta película, la interacción de las emociones se muestra de forma especialmente vívida. Quizá te apetezca verla, te la recomiendo de verdad 🙂

    A veces, sobre todo en fases de la vida con crisis tras experiencias difíciles o, en casos extremos, tras los llamados traumas, nuestros sentimientos y su interacción también pueden confundirse. Esto significa que o bien los sentimos muy intensamente o apenas los reconocemos. Es importante comprender qué significa cada sentimiento y cómo puede ayudarnos a afrontar mejor las situaciones difíciles.

    Las seis emociones básicas y sus funciones

    De forma similar a una rueda de colores, los sentimientos básicos forman el marco básico. Todos nuestros matices emocionales se mezclan a partir de ellos, por así decirlo. Son los ingredientes de nuestro mundo emocional 🙂

    1. alegría

    La alegría es el sentimiento que literalmente nos hace felices. Nos muestra lo que es bueno para nosotros y lo que disfrutamos haciendo. Cuando sentimos alegría, es señal de que vamos por el buen camino y de que algo bueno está ocurriendo en nuestras vidas. Sentimientos relacionados: satisfacción, alivio, orgullo, gratitud, curiosidad, euforia, éxtasis, sensación de fluir y mucho más. Por último, pero no por ello menos importante, sobre todo al principio de una relación: enamoramiento 🙂 y en el transcurso del amor.

    2. tristeza

    La tristeza nos ayuda a procesar las pérdidas. Cuando estamos tristes, eso demuestra que echamos de menos algo que nos parecía positivo o a alguien (por ejemplo, una persona). La tristeza nos da la oportunidad de hacer una pausa, reflexionar y despedirnos de las cosas que ya no están. La tristeza debe procesarse para poder despedirse de ella y retomar la vida. Sentimientos relacionados: impotencia, decepción, soledad, culpa, desesperación, nostalgia

    3. miedo

    El miedo es un sentimiento protector. Nos advierte del peligro y nos ayuda a tener cuidado. Los síntomas de ansiedad suelen experimentarse como muy intensos, pero no son peligrosos ni siquiera a gran escala. Muchas personas que experimentan ansiedad con frecuencia también desarrollan el llamado miedo a la ansiedad. A veces la ansiedad se siente muy intensamente, sobre todo si hemos tenido experiencias traumáticas. En estos casos, nuestro cuerpo reacciona como si hubiera un peligro abrumador, aunque en realidad estemos a salvo. Sentimientos relacionados: aprensión, pánico, inseguridad, vergüenza.

    4. ira

    La ira surge cuando sentimos que nos han tratado injustamente o cuando algo nos hiere. Es un signo inequívoco de violación de los límites y nos da energía para defendernos o defender algo que es importante para nosotros. Si te enfadas a menudo, puedes ocuparte de tus relaciones sociales y de tu propio comportamiento o necesidades. La ira no debe reprimirse, sino canalizarse. Sentimientos relacionados: frustración, irritación, indignación, odio

    5. asco

    El asco nos protege de cosas que podrían perjudicarnos, como la comida estropeada o las situaciones peligrosas. Nos ayuda a mantenernos sanos y a alejarnos de cosas que podrían perjudicarnos. Sin embargo, el asco también es una emoción fuertemente aprendida que puede adquirirse. (por ejemplo, la aversión a las arañas suele transmitirse de padres a hijos). Esto significa que el asco también tiene un componente social cuando determinados grupos evitan ciertas cosas. Sentimientos relacionados: aversión, desprecio, incomodidad, asco.

    6. vergüenza

    La vergüenza puede mostrarnos que hemos hecho algo mal en un contexto social, por ejemplo, que hemos infringido normas sociales. También se manifiesta cuando pensamos que otras personas pueden juzgar negativamente nuestro comportamiento o apariencia. A menudo conduce a un deseo de retraerse y esconderse. Sentimientos relacionados: Vergüenza, bochorno, culpabilidad, dudas sobre uno mismo, humillación, inseguridad

    Emociones y traumatización

    Tras una experiencia traumática, nuestras emociones pueden volverse muy confusas. Las personas traumatizadas experimentan A menudo experimentan miedo, ira o tristeza intensos. A veces se sienten entumecidos y apenas se dan cuenta de lo que ocurre en su interior. Estas reacciones son normales, pero es importante encontrar una forma de volver a enfrentarte a tus sentimientos con seguridad. Trataremos el tema de la traumatización en otro artículo.

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  • Tipos de personalidad

    – Qué son y cómo encajan

    Cada persona es diferente. Tenemos preferencias, puntos fuertes y puntos débiles diferentes. Estas diferencias también se conocen como tipos de personalidad. Cada tipo de personalidad describe cómo alguien ve, piensa y actúa en el mundo.

    Las cuatro dimensiones de la personalidad

    Existen muchas teorías sobre los tipos de personalidad, pero una de las más conocidas es el modelo de Carl Jung, psiquiatra suizo y fundador de la psicología analítica. Este modelo divide la personalidad en cuatro dimensiones principales:

    1. extraversión (E) vs. introversión (I)

    Describe si alguien obtiene su energía del mundo exterior (E) o del mundo interior (I).

    A los extravertidos les encanta estar con los demás y experimentar activamente el mundo. Se sienten bien cuando son el centro de atención y experimentan muchas cosas juntos. Extraen energía del contacto con los demás.

    Los introvertidos se sienten cómodos en la tranquilidad y la soledad. Les gusta pensar y a menudo necesitan tiempo para sí mismos para relajarse. Obtienen energía al aislarse de los demás y, por tanto, les gusta tomarse tiempo para sí mismos.

    2. Sensación (S) vs. Intuición (N)

    Esta dimensión describe cómo alguien absorbe la información.

    Los tipos sensibles se concentran en los hechos y los detalles. Prestan atención a lo que ven u oyen directamente y les gusta encontrar soluciones prácticas. Les gusta planificar, crear listas y trabajar sistemáticamente.

    – Las personas intuitivas tienden a pensar de forma abstracta y a centrarse en el panorama general. Buscan patrones e ideas nuevas. La planificación no es lo suyo.

    3. pensar (T) vs. sentir (F)

    Describe cómo toman decisiones las personas.

    Los pensadores (T) utilizan la lógica y la razón para tomar decisiones. Intentan ser objetivos y justos.

    Los Sentidores (F) están más orientados hacia sus sentimientos y valores. Conceden gran importancia a la armonía y a que los demás estén bien.

    4. juzgar (J) vs. percibir (P)

    Esta dimensión muestra cómo organizan su vida las personas.

    – A los tipos que juzgan les gusta que todo esté planeado y organizado. Se sienten cómodos cuando tienen el control y las cosas están organizadas.

    Los tipos perceptivos son más espontáneos y flexibles. Les gusta permanecer abiertos a nuevas posibilidades y posponer las decisiones para tener más libertad.

    Cómo encajan los tipos de personalidad

    Cuando dos personas se encuentran en una relación, suelen juntarse dos tipos de personalidad diferentes; no todos los tipos de personalidad armonizan automáticamente con todos los demás. Esto puede ser motivo de continuos conflictos.

    Aquí tienes algunas combinaciones posibles 🙂

    Extravertido e introvertido: Estos opuestos pueden atraerse mutuamente, pero también pueden surgir tensiones. Los extravertidos suelen querer pasar mucho tiempo con los demás, mientras que los introvertidos necesitan paz y tranquilidad. Si ambos comprenden y respetan esto, pueden llevarse bien.

    Sensibilidad e intuición: Estos tipos piensan de forma diferente, lo que puede dar lugar a malentendidos. Los sensibles quieren hechos claros, mientras que a los intuitivos les gusta hablar de posibilidades e ideas. Es útil que ambos aprendan a apreciar el punto de vista del otro.

    – Pensadores y sentimentales: Los pensadores tienden a ser objetivos y directos, mientras que los sentimentales se centran en las emociones y la armonía. Esta combinación puede funcionar bien si ambos están preparados para responder al otro. Los Pensadores pueden aprender a ser más considerados, mientras que los Sentidores aprenden a comprender mejor los argumentos lógicos.

    – Juzgar y Percibir: A los tipos que juzgan les gusta hacer planes, mientras que los que perciben prefieren ser espontáneos. Aquí puede resultar difícil encontrar un ritmo común. Es útil que los tipos que Juzgan aprendan a ser más flexibles y que los tipos que Perciben acepten que algunas cosas deben planificarse.

    Conclusión: Cómo influyen los tipos de personalidad en las relaciones

    Los distintos tipos de personalidad aportan color, pero también potencial de conflicto, a nuestras relaciones interpersonales. Los opuestos pueden atraerse mutuamente, pero también pueden ser desafiantes. Es importante que comprendamos lo que nos hace vibrar a nosotros y a los demás. La comunicación y la comprensión mutua son la clave para llevarse bien.

    No existen combinaciones «perfectas». Cada tipo puede tener una relación hermosa con cualquier otro tipo si ambos están dispuestos a mostrar consideración por el otro y a apreciar sus puntos fuertes. Las diferencias no son un obstáculo, sino una oportunidad para aprender el uno del otro y crecer juntos.

    En el siguiente ejercicio puedes obtener pistas sobre tus tipos de personalidad:

    ¿Qué tipo de personalidad tienes?

    Responde con sinceridad a las siguientes preguntas. Al final, obtendrás una tendencia de qué tipo de personalidad tiendes a ser. Recuerda que no hay respuestas «correctas» o «incorrectas»: se trata de conocerte mejor.

    1. ¿de dónde obtienes tu energía?

    a) Me siento bien cuando estoy con mucha gente y participo activamente en la vida.

    b) Necesito paz y tranquilidad y tiempo para mí misma para recargar las pilas.

    2. ¿cómo tratas la información?

    a) Presto atención a los hechos y a los detalles y prefiero la información concreta.

    b) Me gusta pensar en ideas y posibilidades y mirar más allá de lo obvio.

    3. ¿cómo tomas las decisiones?

    a) Utilizo la lógica y pienso en lo que tiene más sentido.

    b) Permito que mis sentimientos y los de los demás influyan en mis decisiones.

    4 ¿Cómo organizas tu vida?

    a) Me gusta hacer planes y organizar las cosas con antelación.

    b) Me gusta seguir siendo espontáneo y flexible para reaccionar ante las nuevas oportunidades.

    Evaluación:

    Principalmente a)

    Sueles tener una personalidad extrovertida (E), práctica (S), pensante (T) y organizada (J). Te acercas activamente a otras personas, aprecias cuando las cosas son claras y lógicas, y te gusta cuando se hacen planes. En las relaciones, valoras la estructura y la comunicación clara. A veces puedes parecer muy racional, lo que puede hacer que pases por alto las necesidades emocionales de tu pareja. Puede ser útil dejar espacio para la espontaneidad de vez en cuando y ser más receptivo a los sentimientos de los demás.

    Mayoritariamente b)

    Sueles tener una personalidad introvertida (I), intuitiva (N), sentimental (F) y espontánea (P). Te gusta pensar con calma, estás abierto a nuevas ideas y te dejas guiar por tus sentimientos. En las relaciones, sueles ser empático y prestar atención a la armonía. Sin embargo, puede resultarte difícil organizarte o tomar decisiones. A tu pareja a veces le puede parecer caótico que no estés tan centrada en los planes. Intenta encontrar un equilibrio entre espontaneidad y estructura.

    Referencia a las relaciones:

    Según el tipo de personalidad que seas, esto influirá en cómo interactúes con tu pareja o en las amistades. Las personas con un claro sentido de la organización, por ejemplo, pueden armonizar bien con alguien flexible, si ambos están dispuestos a aprender el uno del otro. Los que son más emocionales pueden ayudar a crear más profundidad y comprensión en la relación, mientras que los pensadores lógicos garantizan una comunicación clara.

    En las relaciones, es importante reconocer y apreciar las diferencias entre los tipos de personalidad. Los opuestos pueden complementarse bien si ambos miembros de la pareja están abiertos a aceptar al otro tal como es.

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  • Las creencias y sus orígenes

    – Cómo moldean nuestras vidas y cómo podemos cambiarlas

    Las creencias son convicciones profundamente arraigadas que desarrollamos a lo largo de nuestra vida. Influyen en cómo nos vemos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. También podría decirse que son el sistema operativo de nuestro cerebro; los terapeutas también se refieren a ellas como suposiciones básicas, que forman la base de todas nuestras construcciones de pensamiento, como un «fundamento del pensamiento» .

    Las creencias pueden apoyarnos o interponerse en nuestro camino. Las creencias negativas y disfuncionales, en particular, tienen una gran influencia en la imagen que tenemos de nosotros mismos y en nuestras relaciones.

    Fuente: flickr.com/ Dennis Skley

    ¿Qué son las creencias y cómo surgen?

    Las creencias suelen formarse en la infancia y la adolescencia. Se forman a través de nuestras experiencias, es decir, de lo que nos dicen nuestros padres, profesores o amigos, y de la forma en que interactuamos con el mundo. Un ejemplo sencillo de creencia positiva sería: «Soy valioso». Una creencia negativa podría ser: «No soy lo bastante bueno».

    Nuestras creencias actúan como un par de gafas a través de las cuales vemos el mundo. Por ejemplo, si hemos interiorizado la creencia «siempre fracasaré», tendremos exactamente esta expectativa en muchas situaciones, aunque la realidad sea completamente distinta. Tales creencias pueden bloquearnos y hacer que nos saboteemos a nosotros mismos.

    Creencias negativas y disfuncionales

    Las creencias disfuncionales son convicciones que nos limitan en nuestra vida. Pueden surgir de experiencias traumáticas, críticas o fracasos repetidos. Ejemplos de estas creencias son

    – «No soy digno de ser amado».

    – «Siempre fracasaré».

    – «Los demás no son de fiar».

    Estas creencias suelen provocar sentimientos negativos como miedo, culpa o vergüenza. Nos impiden asumir nuevos retos o tener relaciones satisfactorias.

    Cómo cambiar las creencias

    Reconocer y cambiar las creencias disfuncionales es un componente central de muchos enfoques terapéuticos, como la terapia cognitivo-conductual (TCC). La TCC consiste en identificar nuestros patrones de pensamiento negativos y sustituirlos por creencias positivas y más realistas.

    El primer paso es tomar conciencia de tus creencias. A menudo están tan arraigadas en nosotros que ya no las cuestionamos. Una pregunta que puedes hacerte es: «¿Qué creo de mí mismo en esta situación?».

    Una vez identificada una creencia, ayuda cuestionarla. ¿Es realmente cierto que «siempre fracaso»? ¿No puedo encontrar también situaciones en las que he tenido éxito? Al hacernos estas preguntas, aflojamos el poder que estas creencias tienen sobre nosotros.

    Ejercicio para parejas: Reconocer las creencias en la relación

    Las creencias desempeñan un papel importante en nuestras relaciones. Influyen en cómo nos percibimos y nos comunicamos entre nosotros. Basándonos en nuestro sistema operativo, creamos una especie de manual sobre cómo nos vemos y evaluamos a nosotros mismos y a nuestra pareja en una relación.

    El siguiente ejercicio te ayudará a explorar tus creencias y a compartir tus convicciones comunes:

    Paso 1: Cada miembro de la pareja se sienta en un lugar tranquilo y escribe dos o tres creencias que tenga sobre las relaciones en general o sobre su propia pareja. Algunos ejemplos podrían ser:

    – «Si me abro, me hago daño».

    – «Mi pareja debe saber siempre cómo estoy sin que yo tenga que decírselo».

    Paso 2: Discute estas creencias. Asegúrate de escuchar sin juzgar. Preguntaos: «¿De dónde viene esta creencia? ¿Cuál podría ser el origen?»

    Paso 3: Pensad juntos si estas creencias son buenas para la relación o si quizá son un obstáculo. ¿Hay alguna creencia que os gustaría cambiar juntos?

    Paso 4: Desarrolla creencias positivas y de apoyo que os gustaría adoptar como pareja. Algunos ejemplos podrían ser:

    – «Ambos podemos ser vulnerables y hablar de ello».

    – «Puedo confiar en mi pareja y pedirle apoyo abiertamente».

    Este ejercicio ayuda a las parejas a profundizar en la dinámica de su relación y a desarrollar creencias que refuercen la confianza y la cercanía.

    Conclusión

    Las creencias caracterizan nuestra vida de muchas maneras diferentes. Las creencias disfuncionales, en particular, pueden repercutir negativamente en nuestro bienestar y nuestras relaciones. Sin embargo, mediante una reflexión consciente y con la ayuda de técnicas terapéuticas, podemos cambiar estas creencias y llevar una vida más plena. Este ejercicio para parejas muestra cómo las creencias también desempeñan un papel en las relaciones, y cómo podemos cambiarlas juntos para mejorarlas.

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  • Síndrome del impostor

    Cuando nos sentimos como un fraude

    ¿Has tenido alguna vez la sensación de que no mereces tu éxito? ¿O de que en algún momento «echarás a perder tu tapadera» porque los demás se den cuenta de que no eres tan bueno como creen?

    Es precisamente este sentimiento el que describe el Síndrome del Impostor. Significa que las personas sienten constantemente que no son lo bastante buenas, a pesar de sus éxitos y capacidades evidentes. Se sienten como «impostores» que no se han ganado su éxito.

    Los supuestos básicos negativos del Síndrome del Impostor

    El síndrome del impostor suele estar causado por creencias negativas profundamente arraigadas sobre uno mismo. Las personas que padecen este síndrome suelen tener pensamientos como

    – «En realidad no soy tan bueno como los demás creen».

    – «Tuve suerte».

    – «En algún momento, se dan cuenta de que no puedo hacer tanto».

    El papel de las emociones en el síndrome del impostor

    Estos pensamientos negativos conducen a emociones fuertes que pueden tensar la vida cotidiana:

    Miedo: El miedo a que los demás descubran la «verdad» sobre su supuesta incapacidad.

    Vergüenza: Sienten vergüenza porque piensan que no merecen su éxito.

    Estrés: Intentan constantemente conseguir aún más para demostrar a los demás (y a sí mismos) que son lo bastante buenos.

    La conexión entre el Síndrome del Impostor y la autoestima

    Las personas que experimentan el síndrome del impostor suelen tener baja autoestima. Miden su valía por lo que consiguen y por cómo les ven los demás. Pero la autoestima no debería depender de ser perfecto o de cumplir todas las expectativas. Nuestro valor como seres humanos es independiente de los éxitos externos. Si reforzamos nuestra autoestima, también podremos superar los pensamientos negativos del síndrome del impostor.

    Consejos y ejercicios para combatir el síndrome del impostor

    1. reconoce tus éxitos:

    Las personas con sentimientos de impostura suelen tender a minimizar sus éxitos. Un ejercicio que puede ayudar es llevar un diario de éxitos. Escribe cada día lo que has hecho bien. Esto te ayudará a reconocer mejor tus capacidades y logros.

    2. hablar de ello:

    Puede ser muy aliviador hablar con alguien sobre estos sentimientos. Ya sea con amigos, familiares o un coach, a menudo te das cuenta de que no estás solo. Muchas personas de éxito tienen dudas similares. Ayuda darse cuenta de que esos pensamientos son normales y no tienen nada que ver con la realidad.

    3. cuestiona tus pensamientos negativos:

    La próxima vez que pienses que sólo tienes suerte o que no eres lo suficientemente bueno, pregúntate: ¿Hay pruebas que lo demuestren? ¿O quizás hay muchas más pruebas de que tienes éxito gracias a tus habilidades? Date cuenta de que los pensamientos a menudo no son ciertos y de que puedes aprender a darles menos poder.

    4. trabaja tu autoestima:

    Un buen ejercicio para tener más autoestima es decirte cada día al menos tres cosas que valores de ti mismo, independientemente de los éxitos externos. Por ejemplo: «Soy empático», «Sé escuchar» o «Soy valiente». Estas cualidades te hacen valioso, no sólo lo que consigues.

    Conclusión

    El síndrome del impostor puede hacernos la vida difícil porque nos sume en una duda constante sobre nosotros mismos y en la ansiedad. Pero es importante comprender que no tiene nada que ver con la realidad, sino que surge de una baja autoestima. Si aprendemos a reconocer nuestros éxitos, a hablar abiertamente de nuestros sentimientos y a reforzar nuestra autoestima, podremos superar gradualmente el Síndrome del Impostor.

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